martes, 25 de septiembre de 2012

¿Y TÚ?




¿Y TÚ?

  ¿Y tú,
que recogiste el polvo que llevaba el viento
que caíste vencido allí donde se abría el cielo abierto
que sudaste, dispuesto, a continuar las fatigas que dejaron otros
que viviste por siempre pensando en el entonces, en el aquel
en el por qué, en el cómo pudo ser
en la dicha y en la desdicha del retorno de su sombra
que pudiste ser pero no fuiste, que quisiste, pero no llegaste
que lloraste y también reíste
pero se te olvidó el cómo, las huellas
que te llevaron al camino

 soñaste alguna vez
que lograrías llegar
allí donde tú quisiste,
donde esbozaste tu mirada,
donde reír hasta el fin de las carcajadas,
donde pensabas, que una vez llegado,
dejarías de andar,
establecerías un muro, y después otro,
cuatro paredes donde levantar un techo
para poder al fin decir, aquí me quedo
y dejar de buscar un más allá?

  ¿Y tú,
que te preguntabas cuando caía la noche
y resucitaba el alma,
que navegabas por donde las luces se perdían
del callejero del hombre y de la mujer,
del sexo y del fruto, de la maldad y del bienestar,
del éxtasis de la felicidad;

 lograste vencer al miedo
del tiempo que pasa,
de la nada que se aproxima,
del polvo del viento
que una vez recogiste
y que no llegó a germinar?

  ¿Conseguiste cerrar alguna vez alguna pregunta
cuando salías fuera buscando la solución
aún sabiendo que no se encontraba allí
pero con tal de olvidarlo todo por un rato?

¿Y tú? ¿Y yo?
  ¿Y él?
    ¿Y nosotros,
que vivimos a la sombra de la luz que proyectaste,
en la esencia que una vez trajiste al mundo;
sobreviviremos al día en que no recuerdes aquella noche
en la que te inventaste?
¿Cuándo volverá el sonido de aquella vieja canción?
¿Cuándo volverás a hacer historia
y a aparecer antes nuestros ojos
para que vuelvan los sueños
y las quimeras,
 en este mundo tan necesitado
de rostros, voz,
   espíritu,
 dudas e incertidumbre,
      luces
   como las tuyas?


Y que volvamos a construir                          
todo bajo la sospecha                          
del que no se cree ni su propio nombre.                          
Pilares que soporten una vez el peso del mundo                          


© Texto: Yiyi M. E, "¿Y tú?", septiembre 2012.

jueves, 20 de septiembre de 2012

BURBUJAS EN LOS CRISTALES




BURBUJAS EN LOS CRISTALES


Hoy hace un día inglés, gris,
de esos que nos van robando el cielo.

Salgo a pasear y me arrojo a la deriva,
los pasos me llevan a calles conocidas,
tan desconocidas, por las que me pierdo.
Fatigado del ruido y del estrés de la ciudad
me sumerjo en un parque y en un claro donde paro;
en esta ocasion no hay preocupaciones en el horizonte
y al rato caigo en la cuenta del tiempo que llevaba
sin tomarme una pausa.
Como un rumor se aproximan unos pensamientos
que me atropellan este silencio
en el que literalmente no se escucha nada
y me pregunto, todas esas cosas
a las que nunca busqué respuesta:
¿Dónde nos lleva este mundo? ¿Qué será del mañana?
¿Servirá de algo lo que hagamos en él? ¿o caerá todo
en la nada?

Embargado de la duda y de la incapacidad,
me quito las gafas y parece que se ve todo más claro
y al frotarme los ojos me sumo en un fundido en negro
que resulta maravilloso.
El cielo sigue gris
pero me imagino proyectado en las estrellas
o en el cerro más alto, artificial, de esta ciudad plana.
Allá, en lo alto o alejado de este planeta
aprendo a relativizar los problemas,
los errores, las incertidumbres
y también un poco los dolores.
Una sensacion diáfana invade mi remanso de paz
y me gusto en ella, y no la evito, pues trato simplemente de abrazarla
completa en su plenitud.
Pero la sensación no dura mucho tiempo
porque me agito apresurado al percartarme
de que se escapará igual que ha llegado.
Y acelerado, cojo un papel y tomo nota, aunque consciente
de que probablemente no sea capaz de atrapar
el misterio que esconde.
Según escribo voy descubriendo cómo se va transformando el pensamiento
en unas líneas, y al tiempo, va tomando forma de poema
enmascarado entre sus versos prosaicos, pero con cada paso
de cada palabra y de cada letra, algo parece que se diluye.
Es entonces, cuando veo que he dejado de pensar en lo que pensaba
antes de comenzar a escribirlo y observo cómo va tomando
su propia vida y su propio camino
hasta que, a lo lejos, dejo de reconocerlo.

Levanto la vista para tomar un poco más de aire
y sopla una brizna de viento que arrastra ese arroyo de paz y sosiego
que me trajo hasta aqui y que parece que se esfuma.
Se va. Se ha ido. Y me quedo turbado
anhelando el momento en que llegue a plasmar
lo que he sentido, para que se quede conmigo de alguna manera
y no vuelva a repetirse, siempre con las mismas palabras,
ese bucle sin escape, esas preguntas sin retorno,
esas palabras y esas voces que no callan.

Vuelve el ruido
y mis pies tocan el suelo.
El mundo vuelve a girar
atrapándome con la misma fuerza centrípeta
de la que me habia desprendido.
Si pudiera levitar, ingrávido, y quedarme eterno suspendido
para que no se repitiera esta condena del yo, mirando
ahí arriba, para sentir.

Tomo aire y me pongo las gafas; dejo de ver en negro.
Y la luz penetra agriamente en mis ojos bajo la misma realidad
de la que me siento tan esclavo.
Este estado de inconsciencia en el que me he prestado
se ha marchado. Y me levanto
y pienso en los días como auroras
que llegan y vienen y se van
y nos dejan fascinados pensando en la memoria
del ayer.

Hoy hace un día inglés, gris,
de esos en los que cambia la anatomía de la vida.
Perdido, navego como una gereración por España,
atrapada como burbujas en los cristales.

Huele a lluvia;
pero sé que no hay lluvia que borre las brumas del mañana.

Naufrago en mi mundo de las ideas. Vuelvo a casa.
Veo a otros con la cabeza baja. Sus labios murmuran:

Hoy no soñamos
porque nos puede la vida.


© Texto: Yiyi M. E, "Burbujas en los cristales", 17/19 septiembre 2012.
Imagen: fabian_03 - pijamasurf.com 

viernes, 7 de septiembre de 2012

HOPPER




I.

Shhhh.
deja que se haga el silencio
como en sus personajes,
ya lo verás,
se aproxima la luz,
no ves que te está observando?
no ves que se ilumina?
-dónde?-
allí. allí donde se abre 
un nuevo mundo de posibilidades
mira, allí. no, allí.
mira donde él quiere que mires,
no desvíes la mirada, 
llevas mirando donde te dije desde que llegaste. 
sólo cambiaste cuando te lo dije. 
no te quedes mudo
la escena no soporta más el silencio.
rompe con la rutina,
toma un periódico,
juega con algo en tus manos.
haz lo que sea.

te lo dije
te estás metiendo dentro de la escena
te ha implicado en ella
y ahora disciernes sumergido
en su mundo, callado, como ausente
no me hablarás. 
no me hablas. 
vámonos ya.
deja que no te atrape
la trascendencia de sus silencios




II.

 Las habitaciones de Hopper encierran 
mucho más que un espacio encuadrado:
dan vida a ese mundo por dónde navegan 
historias tal vez todavía no empezadas, deseosas 
de un final, quizás en un mayday por acabar.

 "Siempre te ha interesado el misterio 
por una habitación vacía. Cuál sería el aspecto 
cuando nadie la veia ni nadie la miraba"

 Pero ahora que las ves, ¿no ves 
que le quitaste los visillos
y descubriste su esencia y su intimidad
y no les pediste permiso?, 
¿no ves cómo nos miran sus caras sin rostro
tras la luz en sus penumbras?

  Confiesa, ¿por qué esa imagen, precisamente esa
en la que dos personas, en ocasiones, una pareja, 
no se comunican el uno con el otro? 
¿Sólo se esperan? ¿Qué comienzan o qué acaban
Edward? ¿Qué te sugieren a ti? ¿Te recuerdan 
algo?

           ¿Y qué pasó 
para que nos las muestres 
sin frase cerrada y nos dejes 
con una pura visión 
más íntima que la de sus miradas?


   Comprendo. 
 Puede que mañana amanezca
en una ciudad y quizá me pregunte 
por qué estoy ahi, para qué. Por qué
de nuevo. Y sienta, frente al sol de mañana

  cómo la ilusión transciende la realidad
 y da paso al comienzo de mil historias
donde tu imagen es la locura de otras tantas
o el final cuerdo de una sola. 





III.

Luz. Sala. Espacio. Perspectiva. Forma. Color. Sombras. 
Composición. Subjetivo. Hechos. disolución. oblicuo. 
Cine y pintura. 

Privado. Público. Interior. Paisajes. Urbano. 
Neón. rascacielos. Automóviles. Ferrocarril. Fábricas.  
Hoteles. cafés. bares. espectáculos. Casas. Moteles. 
Desierto. Carreteras. Senderos. teatro. Ciudad. 
Fragmentos. distancia. 

Clero. burguesía. Camarero. Hombres. 
Mujeres. personajes. multitud. Crónica. 
Clase media. deprimida. oscuridad. espectador. aislamiento. 
Vida. cotidiana. urbana. Aislada. 
Sociedad. moribunda. 

Ventanas. indiscretas. miradas. indiscretas. 
inmóviles. aislamiento. Rostros. Máscaras.  Existencia. 
Vacío. melancolía, ensimismamiento, sugerencia. 
deseos. inconfesos. temor. soledad. erotismo. desconocido. 
Discreto. Solitario. desazón, Desarraigo. suspenso. Inconsciente. 
testigos. Desapercibidos. Búsqueda. 
Sueños. Rotos. 

Prosigue. Silencio. Pensamientos. Desamparo. 
Tensión. emocional. Tensión. Superficial. Transcendencia. Nostalgia. 
Esperanza. Abismo. Espera. Recogimiento. 
Pensamientos. Suspense. Obsesión. Drama. 
Tristeza. Intriga. piedad, desaliento, sobresalto.
Intimidad. Realismo. Extrañeza. 
Dramatismo. existencial.

Tiempo. pausa. límites. finitud. anonimato. 
melancolía. silencio. muerte. indiferencia. 
Alienación. hombre. moderno. estruendo 
en el mundo. Poesía. (en) tiempos difíciles.



© Texto: Yiyi M. E, "Hopper", agosto/septiembre 2012.
Imágenes: Edward Hopper - Nighthawks. Four Lane Road. Summer evenings.

miércoles, 15 de agosto de 2012

ENTRE LAS SOMBRAS




ENTRE LAS SOMBRAS


  Recuerdo cómo de niño no me gustaba comer pescado.
Ahora lo como todos los días. Que paradoja...
  También me gustaba pasar las horas escuchando música 
o haciendo algo de deporte y leyendo alguna cosa.
Cuando me cansaba me lo pasaba bien rodeado de gente. 
Me gustaba mucho reír y hacer reír. 
También cuando me enseñaban algo nuevo. 
Ahora es raro el día en que escucho 
más de tres canciones o leo más de dos días. 
Tampoco practico ya ningún deporte 
y no le encuentro mayor sentido.
  Ahora, tan solo paseo por las calles vacías
y hace tiempo que camino solo. He descubierto 
que todo se ha convertido en un puro entretenimiento 
y a mí sólo me gustaría poder hablar con alguien.
Y es que ahora, que he hecho de los árboles mis amigos
y hablo a solas a los muñecos de nieve
y le canto al mar cuando pienso;
se levanta siempre la misma pregunta, 
¿por qué no estoy contigo?

  Te recuerdo casi cada día.
Los días en los que no lo hago 
es porque se me olvida. Esos son los días buenos. 
Porque son los días en los que no pienso. 
Los días en los que estoy entretenido. ¿Sabes?,
es difícil no pensar cuando no se tiene nada. 
Pero, ¿quién hubiera pensado entonces 
que desearía no pensar?

  Ahora, que estoy solo y he tenido 
que reaprender parte del camino de esto que llaman vida, 
me doy cuenta de lo vacía con que está hecha.
Ya no me sirve de nada aquello que pensaba que 
era importante
y ha perdido el sentido lo que la llenaba 
insustancialmente de banalidades.
  Ahora, en el todo-el-tiempo que tengo,
camino y respiro. Me lleno del vacío
para permanecer en él. Simplemente vivo. Pues, 
¿cuál es el verdadero sentido de la existencia 
si cuando nos vemos deshojados de toda envoltura 
somos seres errantes que vagan cual fantasmas, 
desidiosos, tan solo amparados en la fuga del tiempo
que nos conduzca a otro nuevo amanecer con esperanza?

  Esperanza... Deseo tanto la esperanza.
Porque en la nada, en el vacío, en la soledad verdadera 
del último hombre en pie 
no somos más que seres inertes entre las sombras
con la mirada baja, tal vez mirando al cielo 
deseando que todo esto acabe. Pero...
¿Por qué yo? ¿Por qué todo esto me ocurre a mí?
No tiene sentido. ¿Y estos fantasmas 
que me persiguen? ¿Todos estos recuerdos?...
Mis padres, los días en la escuela, 
jugar en la calle toda la tarde, mi infancia, 
la universidad, los besos que tanto desee, la vez 
que me dejaste levantarte el flequillo 
cuando estabas tumbada, desnuda. Están siempre 
tan presentes... Pero, ¿están realmente ahí? 
¿Por que aparecen siempre tan a media distancia, 
como si los tocara? 
     Estos fantasmas, estos recuerdos, 
¿no están todos locos?;
¿o seré yo quien se esté volviendo loco?
 Sí, debe ser eso. Estoy loco.
Y lo único que me salva, a veces,
es pensarte.


Caigo dormido. 
Amanece de nuevo.
Despierto solo en el mundo. 
Otro día más. 
¿Cuántos más?



© Texto: Yiyi M. E, "Entre las sombras", agosto 2012.
Inspirado en el cómic del mismo título de Arnaud Boutle
Imágenes: Entre las sombras - Arnaud Boutle

martes, 7 de agosto de 2012

LA NIÑA DE TUS OJOS




LA NIÑA DE TUS OJOS


   Hace unos años tenías los ojos encendidos
por la esperanza de una nación
y todos los hijos de este país
que radiaban ilusiones con cada uno de tus saltos.
   Naciste en ese estado de bienestar
en el que qué bien estábamos casi todos,
y te educaron con tanto, que parecía que te pedían
el cielo, pero tú tan solo jugabas como niña que eras
y se te escapaba ese incierto futuro
en el que sólo piensan aquellos que se van
quedando sin nada. Tu presente estaba lleno de ilusión
y eso a ti no te faltaba.

   En aquellos días solíamos salir al parque
y, a veces, yo, te observaba el cabello
escurrirse por entre mis dedos,
y en la cornisa de su rastro
tú te girabas y me preguntabas
dónde miraba mi mirada tan perdida.
   Normalmente quedaba en silencio, aunque otras veces,
te contestaba; porque tú nunca me pedías explicaciones
y cualquier respuesta te era buena; aunque siempre, al alejarte,
se encontraban mis ojos persiguiendo la estela de tu sombra
como queriendo contarle todo lo que callaban.
   ¿Recuerdas cómo fueron pasando así las tardes?
Parecían páginas de diario, de esas que escriben una vida.
Aunque desgraciadamente, en paralelo, otra parte del país
escribía unas páginas que bien nos hubiese gustado
que fueran falsas.

   Y así, sin remedio, nos encontramos
con la noche de oscuro cielo
en la que tú me preguntaste sorprendida
cómo podía ser esto cierto
si aún te faltaba la mejor media hora con tus juegos.
Sabes que nunca te mentí, pero la verdad era entonces
demasiado dura: el cielo es un reflejo
del tiempo venidero, quisimos tocar cometas,
pero no alcanzamos con las yemas de nuestros dedos.
   Pero dime, ¿recuerdas en aquella tarde
a aquel muchacho de extraños pelos?
Ese que te contó historias que hicieron que tus ojos
se prendieran en fuego. Apartado, yo lo observé
con la admiración de quien te mantienen en velo,
sin embargo, otros, más lejos, lo observaban con recelo.
Déjame que te cuente, niña, que aquel tipo
tuvo que hacer las maletas y ahora vive en el extranjero.

   Pero, aquí quedaron los de siempre
con sus máquinas y fábricas de sueños falsos
discerniendo cómo camuflar mentiras
con historias fantásticas de esas de niñas
que agitan sus cabellos, que sonríen por la vida
sin preocupaciones, rechazando oportunidades
como si estas le cayeran del cielo.
   Mientras, en un plano secundario, en el parque
tu padre te mira, niña, preguntándose
cuándo volverá a dormir en sosiego, tú sabes,
sin llorar mientras duermes; tan sólo soñando con el día
en el que pueda retirarte de los ojos el pelo.

 © Texto: Yiyi M. E, "La niña de tus ojos", verano 2012.
 Imagen:  Camino de mi casa - León Jiménez




miércoles, 1 de agosto de 2012

COMETAS EN EL CIELO




COMETAS EN EL CIELO [3]
  

En Afganistán hay muchos niños, pero poca infancia. Nada 
de lo que recuerdo ha sobrevivido. En algún lugar, hace mucho tiempo
leí: “Así es como los niños superan el terror. Caen dormidos”.
Yo caí dormido hace mucho tiempo.

Creo que gran parte de la razón
por la que no me importaba el pasado de Soraya
era porque yo también lo tenía. Porque conocía perfectamente
lo que era el remordimiento. Pero nada de lo que recuerdo
ha sobrevivido. No quiero olvidar más.
Dame diez minutos.

En tanto, en un rincón, como un papel pintado soso
Sohrab había acabado confundiéndose con el fondo.
Sólo existe lo que hacemos y lo que no hacemos.
A veces se puede lograr olvidar el pasado.

Sohrab, déjame volar contigo cometas por el cielo.



© Texto: Yiyi, julio 2012 - composición libre del texto de Kaled Houssini "Cometas en el cielo" (donde la mayor parte de las frases son copias textuales de la obra) 
© Imagen: Cometas en cielo - Galería Flickr Sandra Méndez [ s m ]

martes, 31 de julio de 2012

COMETAS EN EL CIELO




COMETAS EN EL CIELO [2]

Para mí América era un lugar donde enterrar mis recuerdos.
Para Baba, un lugar donde llorar los suyos.
“Tal vez sea injusto, pero a veces, lo que sucede en unos días,
incluso un único día, puede cambiar el curso de una vida”.
Se aproximaba el invierno, pero a mí me gustaba el invierno.
Me gustaba el invierno porque mientras los árboles se helaban
y el cielo cubría las calles, el hielo que había entre Baba y yo
se fundía poco a poco. Y la razón de que fuera así
eran las cometas. Baba y yo vivíamos en la misma casa
pero en distintas esferas. Las cometas eran la única intersección,
fina como el papel, entre ellas.



© Texto: Yiyi, julio 2012 - composición libre del texto de Kaled Houssini "Cometas en el cielo" (donde la mayor parte de las frases son copias textuales de la obra) 
© Imagen: Cometas en cielo, Alicante, España - Galería Flickr danielgil50

lunes, 30 de julio de 2012

COMETAS EN EL CIELO




COMETAS EN EL CIELO

        Se puede olvidar el pasado…
Dicen que los ojos son las ventanas del alma;
aunque nunca esta afirmación fue tan cierta
como en el caso de Hassan, a quien únicamente
se le podía ver a través de los ojos.
         Se puede olvidar el pasado… el pecado.
Porque por mucho que predique el mullah, sólo
existe un pecado, sólo uno. Y es el robo.
Cualquier otro pecado es una variante, ¿lo comprendes?
Cuando matas a un hombre, le robas la vida.
Cuando mientes, le robas al otro el derecho a la verdad.
Cuando engañas, robas el derecho a la equidad….
         Pero a veces… se puede llegar a olvidar el pasado.
Aunque el corazón me hace piruetas en el pecho.
Porque para mí, toda mi infancia me parece un largo
e indolente día de verano en compañía de Hassan.
         Existe sólo lo que hacemos y lo que no hacemos.
         Cuando engañas, robas el derecho a la equidad…

Y es que Hassan era así, tan malditamente puro
que a su lado te sentías siempre un falso.
         Pero se puede llegar a olvidar el pasado…
         Existe sólo lo que hacemos y lo que no hacemos.




© Texto: Yiyi, 2012 - composición libre del texto de Kaled Houssini "Cometas en el cielo" (donde la mayor parte de las frases son copias textuales de la obra) 

martes, 24 de julio de 2012

LA MORDAZA ME TIENE MANIATADO

LA MORDAZA ME TIENE MANIATADO


La mordaza me tiene maniatado.
He olvidado el tacto del mueble sucio en el que dibujaba 

figuras bajo el polvo.
Me tumbo en el embaldosado frío de este salón alquilado.
Respiro las horas antes del atardecer.
Desaprender las horas y aprender del silencio.
Aprender a pensarte de nuevo.

En formas extrañas, la primavera germina la esencia.
Afuera, cantan los pájaros ante el fin de semana. 

Se aproxima el verano.
Resurgen los viejos iconos, sueños, ideales y utopías.
Recuerdo la música que me hacia volar hacia las estrellas.
No, digo no y tropiezo de nuevo.
Sin gafas las imágenes difusas me hacen ver lo que deseo.
No toques los símbolos ni los recuerdos,
susurra una pequeña brizna de viento.
Resucitan los ojos
y sólo queda un nuevo espacio abierto.
Parece que me espera. Yo llevaba una vida esperándolo.
Desaprender tu boca, tus labios, tu mirada.
Amanecer otro miércoles sin haber dormido nada.
Desaprender las horas y aprender del silencio.
Aprender a olvidarte de nuevo.

Se está cultivando la esencia de un hombre nuevo.



© Texto: Yiyi M. E, "La mordaza me tiene maniatado", mayo 2012.
Imágenes: When_the_tears_are_not_enough_by_noinspiration - aquileana.wordpress.com

domingo, 6 de mayo de 2012

AL PRINCIPIO NOS DIJERON




AL PRINCIPIO NOS DIJERON

My Fate here today may be the fate of others tomorrow      
 Harakiri        


     Al principio nos dijeron
 que no teníamos que tener miedo
que el horizonte estaba lleno de esperanzas,

   que hubo un dios que copó el cielo
de sueños e ilusiones
perfectamente ordenadas
por los deseos de nuestros corazones, colmado
de nuestras imaginaciones más profundas.
                    Luego

  nos enseñaron a vivir con ellas
y nos acostumbramos a que fueran
parte de nuestras vidas. Nos vendieron
otras culturas y otras formas de vivir,
tan ajenas pero tan estimulantes
que quisimos también sus vidas para nosotros.
     
   Así lograron transformar lo ocasional
en algo cotidiano, y hacerlo parte esencial
de nuestro día a día. Mientras,
nosotros lo observábamos todo
como en un sueño bajo cristal convexo;
era una realidad deformada
de la que teníamos el derecho. Pero lo peor,
lo peor fue que nos convencimos de ello,

  de nuestros caprichos,
de nuestros mundos infinitos de posibilidades
de sueños en vida como caídos del cielo.  
Aunque nosotros, nosotros no luchamos
para conseguirlo. Fuimos tan solo ovejas
bien seleccionadas desde que nacimos, arrojadas
a un vendaval que guiaba nuestro rumbo.
      Pero ahora

   que llega lo desconocido y nos sueltan
en lo vasto de la noche para que temblemos,
tirita nuestra piel, y a veces, también
nuestros corazones, y eso nos recuerda
que aún estamos vivos. Y utilizan
nuestras vidas, bajo la excusa del lobo,
para construir un redil donde guarecernos
y lleguemos a pensar que es justo
renunciar al pasto del día siguiente. El miedo
nos hace perder el horizonte. Y nuestro miedo
fue perder lo que era nuestro
pero que antes no necesitábamos.
      Así

 nos fueron atando con hilos de una necesidad
mal fundada y ahora son dueños de la hebilla
que ajusta lo inajustable, mientras
soñamos aún por nuestro bienestar perecedero.
     Pero nosotros,

  nosotros no nos damos cuenta
de que si seguimos así volveremos al principio.
Al principio en el que nos llenarán de sueños e ilusiones
que nunca antes habíamos imaginado. Al principio
en el que nos acostumbrarán a vivir con todo
hasta que nos lo quiten de nuevo
y nos hagan trabajar más para conservar
aquello que nunca nos hizo falta. Al principio
en el que desaparecerá lo imprescindible
y sean capaces entonces de convencernos
de trabajar más para no perder
lo que teníamos en un principio, pero
por lo que no hacía falta luchar.
        Después;

  después vendrán a por los sueños,
y nos dirán que estos eran meras ilusiones
sin esperanza. Volveremos 
al punto de partida, a la nada
de nuestros abuelos, solo que
con una diferencia: nosotros
no sabremos luchar como ellos*.
Ahí estuvo el truco y ahí fue
donde nos convencieron.
Ahí donde nos vencieron.
     Porque al principio,

 al principio nos los dieron todo
para que no supiéramos
qué era vivir sin ello. Ya saben
que para cuando nos lo arrebaten 
seremos corderos que no sabrán
luchar por abrir nuevos senderos.


         *(porque nunca lo necesitamos)

© Texto: Yiyi M. E, "Al principio nos dijeron", mayo 2012.
Imagen: Keith Haring (no escuchar, no hablar, no mirar) 

jueves, 5 de abril de 2012

SUPOSICIONES




SUPOSICIONES

   Supongo que todo llega
que es o será cuestión de tiempo
o puede que también sea
y será cuestión de tiempo,
depende de cómo se vea,
de nosotros mismos
y de nuestras circunstancias,
de cómo miremos al viento
desvanecerse legañosamente
cuando otros se levantan
o de cómo nos mantengamos atentos
a la luz de una vela
que sólo pasa una vez
bailando en colores, desnudándose
en su cera, para nosotros.
   Supongo que iremos cayendo
por los recodos de los mares
buscando una cala o un lugar
donde encallar, entumecidos
y haciendo oídos sordos;
que no sabremos lo que ha de venir
y que esperaremos
soplando las olas
como niños con las velas
en sus pasteles, pidiendo un deseo
tan efímero
que no se recordará al año siguiente.
   Supongo que así
llegaremos a creer
que somos los príncipes de las mareas,
que todo tendrá un sentido
opaco en nuestros rincones
y que habrá casualidades
que aún no rayando más que el azar
nos obstinemos en verlas
como nuestra señal favorita,
como ese número que lo pone todo en orden
o ese accidente que ha de cambiarlo todo
y al que llamaremos milagro.
   Supongo, me digo,
y sé que es mucho suponer,
que estamos aquí por algo,
por alguna razón inventada,
y que nos convenceremos de ello
porque de lo contrario,
qué vacía quedará la luna
sin nuestras explicaciones,
Ella ahí tan sola, une autre fois
e una otra volta
, again
sin los locos cantos de la noche.
  Supongo que tal vez respiremos
henchidos del barro y del estiércol
de nuestras fantasías
mientras la magia flirtea
con los unos y con los otros
haciendo que alguna vez
sintamos un poquito de su magia
en alguno de esos rincones
de los que venimos hablando, sintiendo
que dejamos de ser esqueletos
con sus alardes de egocentrismo
gritando desesperados
por conseguir
una voz y una palabra.
 Supongo…
Supongo que con el paso del tiempo
me preguntaré si recordaré sus gestos
o sus miradas.
Pero ya se me hace tarde, supongo
que ya es hora de volver 

hacia la nada.


© Texto: Yiyi M. E, "Suposiciones", abril 2012.
Imagen: lospasosdelalma.blogspot.com

lunes, 26 de marzo de 2012

¿ALGUNA VEZ SOÑASTE?




¿ALGUNA VEZ SOÑASTE?


¿Alguna vez soñaste con volar alto allá donde se encuentran las nubes y preguntar a los pájaros a dónde se va una vez que se está en las alturas?
¿Te preguntaste de dónde sale lo que piensas ahora, por qué esto y no lo otro, y por qué siempre una imagen y el mismo pensamiento cuando se nada entre tus nubes?
¿Será entonces cierto eso que escuché, que es el subconsciente quien decide lo que creemos y que es él quien habla cuando de nosotros nos creemos dueño?  
¿Responderemos así, automáticamente, a tantas preguntas sin pensar que ya no sabremos quiénes somos?
¿Y será que al pararme a analizar de dónde sale todo esto, los pensamientos, cuál es el mundo de las ideas o si alguna vez tuve una propia, que me surgirá la duda sobre si mi yo es el mismo que el de cuando chico o debí haber sido valiente hace años y mudar mi nombre porque ya no respondo al mismo?
Tantas preguntas, tantas, que se formulan en cadena y que evidencian mi ignorancia que me pregunto qué sentido tendrá pasar tantas horas sumando hasta el infinito cuando lo verdaderamente importante puede que no se encuentre tan lejos.
Pero dime, ¿alguna vez soñaste que te sorprendías a ti mismo, que no sabias quién eras y que debías comenzar todo de nuevo -sí, otra batalla más en esta lucha que no cesa-?
O por el contrario, ¿cesaron de venirte las preguntas y algún día echaste de menos la duda que te recorría y que nunca sació tu hambre?
¿Y cuanto tiempo pasó hasta que te percataste de que no escuchabas el silencio en el que te embargaba el sol, las espigas y el viento en el campo abierto?
¿Cuándo fue que perdiste el norte y dejaste de soñar tus sueños y te enzarzaste en ese día a día del que ya no obtienes nada, ni un simple y llano recuerdo?
Dime, ¿cuándo te perdiste?, ¿cuándo te dejaste perder?, ¿por qué no le pediste más a la vida?
              Y si tan solo ahora recién comprendo que no puedo pedirte el horizonte y que serán eternas espirales los caminos que deberán recorrer mis pasos, pero, ¿por qué?, ¿por qué de entre todo lo importante de la vida, de entre este cosmos y estos días, de entre estas luces y estas sombras, eres tú y solamente tú, en quien pienso cuando desciendo de mis alturas?
       Y aún te pienso cuando pienso que vuelo, y aún te pienso cuando creo que no pienso, y tras este punto y final y después de cerrarlo todo con candado aún te sigo pensando.


© Texto: Yiyi M. E, "¿Alguna vez soñaste?", febrero / marzo 2012.
Imagen: volar.png - noquedandominios.blogspot.com

sábado, 17 de marzo de 2012

RESPIRANDO EN MARTE - TOCARÁ




RESPIRANDO EN MARTE: TOCARÁ.

 Tocará pensar en lo secundario: 
en el Big Bang, la célula y el viento, 
el mar y las estrellas.
Será una balsa todo el infinito
una mera piscina en lo vasto de las arenas
y será el polvo algo más que polvo,
un paso a la historia de mi cuarto
con alguna de sus frases.
   Respirando en Marte.


 Así llegará la pregunta 
del por qué de las cosas
mientras truena el cielo
y observamos que la vida 
no es más que un punto en el infinito
en el horizonte de esta noche 
en la que habrá que comenzar 
a olvidar todo de nuevo
dejar de pensar
en lo que pudo haber sido
tratando de flotar
sobre las tierras que nos ahogan
ingrávidos y suspendidos, 
etéreos de pensamiento
en tanto que el diafragma
nos suspira
y sentimos el latir 
en los pulmones.
   Respirando en Marte.


  Quizá llegue así 
 la luz de un año bisiesto 
en su 29 de febrero
 la sombra que amanece
   definiendo claramente
  la línea que nos separa
de lo blanco y de lo negro
  del oxígeno de una tierra inexplorada
 por la que vagamos, unos 
con más sentido que otros, 
  otros, con menos equipaje que los primeros,
pero todos y cada uno pensando
que esta vez 
 tocará mancharse las manos
pintando el verde de esas flores 
 que recordamos, 
como si hiciese falta 
ese pequeño esfuerzo 
que nos libere en estallido
de aquello que nos tuvo hace tiempo 
aturdidos. 
   Tal vez, 
 de esta manera 
aprendamos a vivir, finalmente.
   Respirando en Marte.


© Texto: Yiyi M. E, "Respirando en Marte. Tocará", febrero / marzo 2012.
Imagen: marte21 - lazosuniversales.blogspot.com

domingo, 11 de marzo de 2012

RELOJES EN LA ARENA



RELOJES EN LA ARENA

   A veces sería mejor no pensar,
pasar las horas sumido en un sueño
en el que pasara el tiempo
sin mayor ambición
que ver pasar el tiempo.

Si no buscáramos mayores logros
que el propio momento,
si volviésemos a ser niños
que juegan con el reloj
como si fuera arena de playa

entonces los castillos serían
infinitos, paraderos donde morarían
el secreto de la vida
que tenemos entre las manos.

   Si aprendiésemos a vivir de nuevo
quizás las cosas serían bien distintas,
no nos sacrificaríamos tanto
en aquello que fuese incierto,

habría ingenuidad
en las noches y en las tardes
y no nos preguntaríamos
lo que no hace falta
que tenga una respuesta.

Entonces, tal vez, y sólo entonces
los relojes serían
tan solo figuras en la playa

       que se borran con las olas.


© Texto: Yiyi M. E, "Relojes en la arena", 2011.
Imágenes: beach-clock - blueberrycottage.blogspot.com

viernes, 27 de enero de 2012

CON 4 LETRAS




CON 4 LETRAS

  Naciste en un momento que desconozco
pero que tú recuerdas bien:
tus estrellas,
tus pequeños vidrios iluminados
descubrieron cómo brillar -su luz-
en las noches en las que le imaginaste.
 

 Fue
el aceite de tu candil
alumbrando tus calles más frías,
el salto que superó tus abismos,
el pintor de tus sonrisas.
   Él
fue quien te enseñó tu piel erizada
y el deseo del mañana,
tu presente y tu futuro,
tu otro yo masculino.

  Así naciste
el día que le conociste,
cuando te ayudó a elevarte
donde ahora bailas
mientras te robaba la mirada,
esa misma que se te escapa
ahora que me hablas,
cuando pasas por cualquier lugar
-por cualquiera-
por donde te entregaste toda tuya.
   Y así te miro
como miras con esa mirada
intentando rescatar
algo de esos días
mientras me quedo frío
y sin alternativa
y giro la cabeza
para mirar hacia otro lado.

  Porque tú y yo sabemos
que aunque digan que el amor es infinito,
tú sabes que amaste entonces tanto
que al amor le pusiste nombre

-su nombre-,
y ya, nunca más,
lo conocerás en mayúsculas,
completamente,
con sus cuatro letras.


© Texto: Yiyi M. E, "Con 4 letras", 2012.
Imagen: Edvard Munch - Two people. The lonely ones. 

sábado, 14 de enero de 2012

EN EL ÚLTIMO CIGARRO




EN EL ÚLTIMO CIGARRO

En el último cigarro
se inspiran más que las tres últimas caladas
de un momento.

Aparecen una colección de boquillas
que secaron los labios,
y una ceniza deshecha,
restos de algo más
que el tabaco que se consume.
El cenicero
parece presentarse oscuro y gris
mientras el humo baila
por entre los flexos de un estudio
embriagando el ambiente
más que una botella de alcohol.
Nace una mirada, no triste,
sino apagada,
tan solo silente y muda,
que parece vencer al tiempo
en ese preciso instante
en el que el alma se estrecha
ciñéndose al pecho
como en un baile de enamorados,
como pidiendo un último respiro.

"6 leaves left,
6 feuilles avant la fin",
son quizás unas letras
demasiado serias,
tal vez desconsoladoras.
Si tan solo hubiera, ahora,
-piensa- 6 días;
6 días antes de que se acabara todo,
ahora que la luz
que penetra por las rendijas
de la ventana, trémulamente,
parece apagarse poco a poco.

Ahora
que parece que en el último cigarro
todo se acaba.


© Texto: Yiyi M. E, "En el último cigarro", enero 2012.

lunes, 9 de enero de 2012

UN ESPECTRO POR LA CALLE



UN ESPECTRO POR LA CALLE


   Él,
él marcha por la calle distraído,
sin mirar nada en particular,
como si estuviera perdido,
como sus ojos.
Sus cabellos largos y mal peinados
y su ropa llena de manchas,
le hacen parecer, si cabe,
aún más perdido;
aunque si se presta atención
se pueden percibir
ciertos cuidados con los detalles:
sus uñas limpias
y su barba bien recortada, su olor
con odor a jabón.

Pero él,
él marcha por la calle
como un fantasma, desapercibido,
sin que nadie le toque,
aunque tampoco nadie
se aparte de él.
Transcurre
como un ángel,
como alguien que no tiene necesidad
de tener una apariencia,
como si existiera más allá
de la presencia física,
como si ya hubiera vivido
y muerto,
como si volviera a la vida
de visita, pero esta vez para quedarse,
para vivir todo libre,
al fin una vida entera,
al fin una vida completa.

Porque él,
él marcha por la calle
como el último superviviente,
vive y flota,
mientras los demás
-y tal vez,
también nosotros-
solamente pasan.


© Texto: Yiyi M. E, "Un espectro por la calle", diciembre 2011.