lunes, 9 de enero de 2012

UN ESPECTRO POR LA CALLE



UN ESPECTRO POR LA CALLE


   Él,
él marcha por la calle distraído,
sin mirar nada en particular,
como si estuviera perdido,
como sus ojos.
Sus cabellos largos y mal peinados
y su ropa llena de manchas,
le hacen parecer, si cabe,
aún más perdido;
aunque si se presta atención
se pueden percibir
ciertos cuidados con los detalles:
sus uñas limpias
y su barba bien recortada, su olor
con odor a jabón.

Pero él,
él marcha por la calle
como un fantasma, desapercibido,
sin que nadie le toque,
aunque tampoco nadie
se aparte de él.
Transcurre
como un ángel,
como alguien que no tiene necesidad
de tener una apariencia,
como si existiera más allá
de la presencia física,
como si ya hubiera vivido
y muerto,
como si volviera a la vida
de visita, pero esta vez para quedarse,
para vivir todo libre,
al fin una vida entera,
al fin una vida completa.

Porque él,
él marcha por la calle
como el último superviviente,
vive y flota,
mientras los demás
-y tal vez,
también nosotros-
solamente pasan.


© Texto: Yiyi M. E, "Un espectro por la calle", diciembre 2011.

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