miércoles, 30 de marzo de 2011

LA ATENCIÓN DE MI PASEO


 
LA ATENCIÓN DE MI PASEO

En el paseo de esta mañana
no han sido los chopos pelados
tan ridículamente majestuosos
los que se han llevado mi atención.

Tampoco los despertares del gorrión
ni el descenso del cielo a la tierra
en el reflejo de un charco.

Tan sólo ha sido ver
a una pareja corriendo
agarrados de la mano
con una sonrisa en la boca
tan felices y despreocupados
cual niños en un parque infantil.

Y el encuentro
de pie con una sonrisa en la boca,
en un giro de cabeza,
del rostro de un niño.
Inocente.

No crezcas niño le digo,
no crezcas.


 

© Texto: Yiyi M. E, "La atención de mi paseo", enero 2011.
Imágenes: M.C. Escher "puddle", Niño, mirada en Kabul 20/11/2008. S. Sabawwon / EFE

sábado, 26 de marzo de 2011

EN ESTE


EN ESTE

En este mar bañado de sol
lleno de silencios y rumores
de pensamientos perdidos.

En este viento de tierras lejanas
de este mes que florece de colores
nacen miradas que vagan libres
de tormentas, ajenas a lamentos
y a rencores en presente.

Es en este mar que enmudece al oleaje
en el que puedo escuchar el eco
de tus risas en las caracolas,
mirar al horizonte
y creer que lo atrapo,
cuando cierro los ojos.

Cuando llega el silencio,
pienso en ti.

© Yiyi M. E, "En este". 25 de marzo 2011. 
Imágenes: maravillososcielosfucsia-becfa.blogspot.com, ojodigital.com

domingo, 20 de marzo de 2011

DOMINGO EN EL PASEO


DOMINGO EN EL PASEO

En el paseo marítimo
las familias pasean
arropadas por el sol de invierno.

Los niños se amontonan en torno a los puestos
y los más afortunados
vuelan enseñando su ombligo rechoncho
en las colchonetas inflables.

El músico y su saxo
-que no encajan-
venden su arte y su talento
por unas pocas monedas.


En un paseo tan sumamente pensado
hay que ir a lo lejos
para encontrar almas que se buscan
deambulando por la playa
mientras ceden el adoquín para aquellos
que no saben sentir la arena bajo sus pies
salvo en los veranos infectados.
 
A pocos metros adentro, en el mar,
una figura negra flota sobre una sal
que mella una piel sangrante,
pasando desapercibida
entre tanto color vivo
y tanta alegría preconcebida.


© Yiyi M. E, "Domingo en el paseo". 2011
Imágenes: ojodigital.com, verbiclara.nireblog.com 
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lunes, 14 de marzo de 2011

EN UN MUNDO HECHO

flickr EnriqueFidel - Rebuscando en la basura
Tetuán de las Victorias, 1930, Madrid.

EN UN MUNDO HECHO

Vivís en un mundo hecho
en el que se regala todo lo que tenéis.
Un mundo caprichoso
en el que vuestro entorno arropa
unos sentimientos de miedo
y dolor que no se permiten.
Negáis la realidad cruda
que vive tres calles para abajo
y os limitáis a repetir aquello
que dicen, que os habéis creído,
con sus normas adquiridas.
Entre tanto, a un lado del otro océano,
cantan los cubos de basura que se abren
por la noche con unos guantes roídos
buscando un mendrugo para su boca.
Ellos aceptan el desprecio
de los reyes de lo urbano
y luchan cada día
por algo nuevo que pueda sacarles
de un mundo hecho que les han dado,
del que no se sienten parte.
Sus lloros secos de posibilidad
dan sentido a nuestras vidas.

© Yiyi M. E., "En un mundo hecho". 30 de enero 2011

lapicesparalapaz.com

martes, 8 de marzo de 2011

DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER



EL CENTRO DEL MUNDO

Escuché que antes no votaba todo el mundo,
que había personas que eran esclavas.

Supe que no hubo preguntas,
que todo eran órdenes,
que se les infravaloraba.

Ellas debían dar respeto,
ser fieles con borrachos so pena de
ser lapidadas por algo más que piedras.

Ahora me dicen que no hable en pasado,
que por el mismo trabajo no suelen cobrar lo mismo,
que se las pega como a animales,
que en tierras lejanas no pueden mostrar el rostro,
que aún hoy se las mutila y son sometidas,
que hay culturas que parecen congelar el tiempo.

¿Quién se cree el hombre
cuando son ellas las que hacen girar el mundo?
Cuando el amor lleva su nombre
y el ombligo nos recuerda que no somos
el centro del mundo.

 
MUJER

Hay una espalda que me espera,
un sino que debo hallar
tras tantas curvas en el camino.

La historia comenzó con unas caderas,
me viene a la mente cómo el baile
podía resumirse en simples pasos.

Cuando una mujer me mira
me reconozco y me siento hombre,
cuando se gira y me desprecia oigo mis versos caer,
en lamentos, como un suicidio cayendo en escalera.

La mujer en mi vida es un viejo café La Habana
que me lleva al interior de una ciudad de playa
a pesar de estar a escasos metros de la misma.
Me mece en un microcosmos
dejando en un segundo plano lo que sea que tenga enfrente.
Me es la elegancia de un café Gijón
que resiste al paso del tiempo en el Madrid del siglo XXI.
Me es espacio y tiempo,
propio y diferente en cada una.

Así pienso, sumido entre cafés que ya no respiran humo,
que la vida sin mujer bien podría ser este café con leche sin azúcar,
necesario cada día pero sin dulzura.
Y siento, con la brisa del viento de un día sudoroso de verano,
cuando cierro los ojos, el sueño de una mujer
que me sopla en mi vida.
No es solamente amor,
es una vida que me ofrecen y una vida que regalo.

Una mujer me dio la vida,
una mujer me da y me quita la vida
y sé que cuando muera
susurraré el nombre de una mujer.


http://ernestdescals_pinturas.espacioblog.com

© Yiyi M. E, "El centro del mundo", "Mujer".  8 de marzo de 2011

lunes, 7 de marzo de 2011

TUS PALABRAS

TUS PALABRAS

Creas un viento de poniente
batiendo un ir y venir de olas resacosas
y un torbellino de bolsas de plástico al viento
que compiten con la danza de la hojarasca otoñal.

La pérdida del tiempo -perdido sin ti-
origina un vagar sin rumbo del pájaro alegre que salía de su jaula,
como la muerte del aire bajo el mar
en una mañana colorida de domingo malagueña.

Y nos haces ver el amor de los ancianos casados enamorados
tan joven como la sonrisa alegre de una muchacha risueña
que permanece en la memoria que guardan el universo
y el lenguaje del pentagrama, las ecuaciones o el lienzo.

Así es el momento que provocas con tu rima
y tus historias escondidas
y tus palabras entre tus páginas de la eternidad.


© Yiyi. M. E, "Tus Palabras". Noviembre 2010

La Soledad de los Números Primos

Este primer texto es un fragmento del libro "La soledad de los números primos", libro escrito por un físico en el que, sin ser la ciencia el hilo conductor, el escritor hace metáforas y comparaciones con fenómenos físicos o matemáticos que  hacen al lector con nociones de la Ciencia verla en situaciones bien contidianas:


"Los números primos sólo son exactamente divisibles por 1 y por sí mismos. Ocupan su sitio en la infinita serie de los números naturales y están, como todos los demás, emparedados entre otros dos números, aunque ellos más separados entre sí. Son números solitarios, sospechosos, y por eso encantaban a Mattia, que unas veces pensaba que en esa serie figuraban por error, como perlas ensartadas en un collar, y otras veces que también ellos querrían ser como los demás, números normales y corrientes, y que por alguna razón no podían. Esto último lo pensaba sobre todo por la noche, en ese estado previo al sueño en que la mente produce mil imágenes caóticas y es demasiado débil para engañarse a sí misma.

En primer curso de la universidad había estudiado ciertos números primos más especiales que el resto, y a los que los matemáticos llaman primos gemelos: son parejas de primos sucesivos, o mejor, casi sucesivos, ya que entre ellos siempre hay un número par que les impide ir realmente unidos, como el 11 y el 13, el 17 y el 19, el 41 y el 43. Si se tiene paciencia y se sigue contando, se descubre que dichas parejas aparecen cada vez con menos frecuencia. Lo que encontramos son números primos aislados, como perdidos en ese espacio silencioso y rítmico hecho de cifras, y uno tiene la angustiosa sensación de que las parejas halladas anteriormente no son sino hechos fortuitos, y que el verdadero destino de los números primos es quedarse solos. Pero cuando, ya cansados de contar, nos disponemos a dejarlo, topamos de pronto con otros dos gemelos estrechamente unidos. Es convencimiento general entre los matemáticos que, por muy atrás que quede la última pareja, siempre acabará apareciendo otra, aunque hasta ese momento nadie pueda predecir dónde.

Mattia pensaba que él y Alice eran eso, dos primos gemelos solos y perdidos, próximos pero nunca juntos. A ella no se lo había dicho. Cuando se imaginaba confiándole cosas así, la fina capa de sudor que cubría sus manos se evaporaba y durante los siguientes diez minutos era incapaz de tocar nada. "

Paolo Giordano, "La soledad de los números primos".