domingo, 27 de noviembre de 2011

TENERTE




TENERTE


Quisiera poder controlarte,
dominar tus arranques
y no desbocarme ante ti.

Me es fatal tu caída,
la resistencia de tu presencia
y el despiste en que me atrapas
poseyéndome.

Cuando quiero, no estás,
y en el deseo de tenerte
sé que de mí te reirás más fuerte.

Tú, que tan discreta eres
en tus aproximaciones,
que a tu lado me haces sentir bien capaz,
quizás, como contraste con tu huída
en la que me sueltas en caída libre.

Y así, en tu marcha,
no me queda más remedio
que vivirte en el recuerdo,
pensar que estuviste ahí,
tomar nota de tu paso
como quien trata de atrapar el viento
con sus manos vacías.

Pero mientras, naufragaré
por entre el enigma
de vivir sin saber si es una suerte
el tenerte, o un lamento
el vivir tras conocerte
en el no tenerte.


© Texto: Yiyi M. E, "Tenerte", 2011.

martes, 22 de noviembre de 2011

LA SANGRE DE TUS LABIOS




LA SANGRE DE TUS LABIOS

Quiero morderte la sangre de tus labios
 y hacer mío tus pechos
   desgarrar tus prendas íntimas 
 en lugares abiertos

que camines desnuda 
     por entre mis manos
 y sientas vergüenza si te toco
   de tus gritos 
descontrolados.

Tu sexo quiero que mane por mi boca
 y te pida un poco más de mi cuerpo
   y te toques lasciva
 si no me sientes dentro

  romper tu voz
cuando sude encima tuya
    y me arañes la espalda
  y tu saliva 
por entre mis dientes fluya.

Quiero morderte la sangre de tus labios
 y hacer mío tus pechos
   que bailes encima mía 
 y te corras
              con locura
cuando follen
       nuestros cuerpos.


© Texto: Yiyi M. E, "La sangre de tus labios", noviembre 2011.

viernes, 11 de noviembre de 2011

DIBUJO DE NEBLINA




DIBUJO DE NEBLINA



«Mariposa de luz, / la belleza se va cuando yo llego / a su rosa. 
Corro, ciego, tras ella... / la medio cojo aquí y allá...  
¡Sólo queda en mi mano / la forma de su huida!»
Juan Ramón Jiménez.

Hay momentos de persiana
en los que llega la nada y se apagan las luces
y las miradas. Tiempos intranquilos
en los que todo falla,
en los que lo que antes era cierto
parece derrumbarse.
Existen instantes
en los que la oscuridad se controla,
y otros, en los que la oscuridad te controla.
Es una sensación extraña,
un encuentro bizarro
con la nada.
Novedoso, lo recibo curioso,
lo exploro, intento comprenderlo,
hablarle por su nombre.

Me sugestiona esa desconocida
que parece que se escapa pero que viene
para jugar conmigo como las uñas de un gato
con un hilo, con el desdén
de las mujeres esbeltas que todo lo tienen
y su paseo provocativo.
Y me atrapa
en la diversión del tiempo en que la estudio,
en el que la observo imaginándola
como si tuviera una figura, una forma,
como si fuera.
Pero…
¿Quién eres -me pregunto-
que cuando te olvido parece que veo?
Podría ponerte una palabra,
hacerla tuya, aunque sé que nunca sería,
que por ella no responderías.

Tú,
que a tu lado
la niebla parece nítida
tras haberte visto desdibujada,
que me hablas por mi boca
robando mis palabras,
dueña de mis gestos,
en este pensamiento que me inunda.
¿Y tus roces? ¿Tus miradas?
No existen, no son nada,
aunque vives fugazmente,
pues te siento dentro
picarona.

¿Qué es? ¿Quién eres,
que hoy me visitas y te adueñas
de mi tiempo y no explicas nada?
Y te marchas
tras tu maltrato
en el que me utilizas para tener tu vida,
para ser,
dejándome sólo tu esbozo
en la neblina,
en los bosquejos que dibujas
como humo que se escapa,
como mariposa de luz
y el rastro de su huída.

La distracción
es una música
que sueño cantarte,
una melodía que quisiera pintarte,
un querer siempre que no te vayas.
E insano es
este querer tenerte y atraparte
en una jaula
donde poder soltarte
allí donde no haya nada.

Yo, que quisiera conocerte en la intimidad
a través de un escondite inglés
me pregunto quién eres,
qué es
esta sensación que me inunda
y me juega
y me flirtea y me arroja
en lo desconocido
¿Y las palabras que te escribo?
No son nada;
en ellas, tristemente,
jamás te reconozco.

Pero ahora
que sé
decirte sin atrevimiento y sin pasión,
que quisiera poder ponerte un nombre
y que no me dejes
sin una palabra, ni este poema,
del que te escapas,
te escribo.
Y así, como viniste
te olvido.


© Texto: Yiyi M. E, "Dibujo de Neblina", 2011.
Imagen: W. Turner