ENTRE LAS SOMBRAS
Recuerdo cómo de niño no me gustaba comer pescado.
Ahora lo como todos los días. Que paradoja...
También me gustaba pasar las horas escuchando música
o haciendo algo de deporte y leyendo alguna cosa.
Cuando me cansaba me lo pasaba bien rodeado de gente.
Me gustaba mucho reír y hacer reír.
También cuando me enseñaban algo nuevo.
Ahora es raro el día en que escucho
más de tres canciones o leo más de dos días.
Tampoco practico ya ningún deporte
y no le encuentro mayor sentido.
Ahora, tan solo paseo por las calles vacías
y hace tiempo que camino solo. He descubierto
que todo se ha convertido en un puro entretenimiento
y a mí sólo me gustaría poder hablar con alguien.
Y es que ahora, que he hecho de los árboles mis amigos
y hablo a solas a los muñecos de nieve
y le canto al mar cuando pienso;
se levanta siempre la misma pregunta,
¿por qué no estoy contigo?
Te recuerdo casi cada día.
Los días en los que no lo hago
es porque se me olvida. Esos son los días buenos.
Porque son los días en los que no pienso.
Los días en los que estoy entretenido. ¿Sabes?,
es difícil no pensar cuando no se tiene nada.
Pero, ¿quién hubiera pensado entonces
que desearía no pensar?
Ahora, que estoy solo y he tenido
que reaprender parte del camino de esto que llaman vida,
me doy cuenta de lo vacía con que está hecha.
Ya no me sirve de nada aquello que pensaba que
era importante
y ha perdido el sentido lo que la llenaba
insustancialmente de banalidades.
Ahora, en el todo-el-tiempo que tengo,
camino y respiro. Me lleno del vacío
para permanecer en él. Simplemente vivo. Pues,
¿cuál es el verdadero sentido de la existencia
si cuando nos vemos deshojados de toda envoltura
somos seres errantes que vagan cual fantasmas,
desidiosos, tan solo amparados en la fuga del tiempo
que nos conduzca a otro nuevo amanecer con esperanza?
Esperanza... Deseo tanto la esperanza.
Porque en la nada, en el vacío, en la soledad verdadera
del último hombre en pie
no somos más que seres inertes entre las sombras
con la mirada baja, tal vez mirando al cielo
deseando que todo esto acabe. Pero...
¿Por qué yo? ¿Por qué todo esto me ocurre a mí?
No tiene sentido. ¿Y estos fantasmas
que me persiguen? ¿Todos estos recuerdos?...
Mis padres, los días en la escuela,
jugar en la calle toda la tarde, mi infancia,
la universidad, los besos que tanto desee, la vez
que me dejaste levantarte el flequillo
cuando estabas tumbada, desnuda. Están siempre
tan presentes... Pero, ¿están realmente ahí?
¿Por que aparecen siempre tan a media distancia,
como si los tocara?
Estos fantasmas, estos recuerdos,
¿no están todos locos?;
¿o seré yo quien se esté volviendo loco?
Sí, debe ser eso. Estoy loco.
Y lo único que me salva, a veces,
es pensarte.
Caigo dormido.
Amanece de nuevo.
Despierto solo en el mundo.
Otro día más.
¿Cuántos más?
© Texto: Yiyi M. E, "Entre las sombras", agosto 2012.
Inspirado en el cómic del mismo título de Arnaud Boutle
Imágenes: Entre las sombras - Arnaud Boutle
Moooooola. Íntimo, desgarrador y lleno de medias verdades. No había tenido ocasión hasta ahora de leerlo.
ResponderEliminarMoooooola. Íntimo, desgarrador y lleno de medias verdades. No había tenido ocasión hasta ahora de leerlo.
ResponderEliminarMuchas gracias Molowi.
ResponderEliminarNos vamos viendo.