martes, 27 de diciembre de 2011

NO ES DÍA PARA UN POEMA


NO ES DÍA PARA UN POEMA

5 grados hace en Alcobendas
y mis manos se vuelven torpes
mientras trato de escribir
estas palabras.

El cielo está despejado
pero no se ven las estrellas.
Las luces de la ciudad
colapsan el cielo
y están rosadas las pocas nubes
atrevidas del firmamento.

Hace frío en Alcobendas
y se congelan las ideas
mientras paseo por el mismo parque
por donde te imagino,
aunque ni este poema,
ni esta ciudad,
tratan hoy de amor.

Pues hace 5 grados en Alcobendas
y siento el frío en el cuerpo,
tanto frío como el tacto de este poema
que me dice
que hoy no es día para hacerlo.

Porque es tanto tiempo ya sin uno
y tanto tiempo sin sus versos,
que aún si escribo sin sentidos
se resisten a tener
un punto y un final,
pues es ahora, precisamente,
cuando me hablo a mí mismo de nuevo.

Pero hoy hace frío en Alcobendas
y este paseo me revela
que no busque más por entre sus huecos,
que hoy no habrá luna,
ni viento,
ni palabras,
que me hagan olvidar todo esto,

que hoy no es día para un poema
y ha llegado la hora
de volver a casa,
subir las mismas escaleras
por las que caí otras veces,
sentarme en esa silla giratoria
para dar vueltas a la vida,
tomar un café a las doce menos 5
mientras se me escapan por la ventana
los otros colores de la noche
y trato de olvidar
de lo que soy incapaz.

Porque ya
no queda más remedio. Ya
vendrá por sí solo, pienso,
cuando quiera. Pero hoy,
hoy no es día para un poema.


© Texto: Yiyi M. E, "Hoy no es día para un poema", diciembre 2011.
Imagen: eatingpoetry_chidopoeta.wordpress.com (modificada)

lunes, 5 de diciembre de 2011

MADRID TIENE LOS BRAZOS CAÍDOS




MADRID TIENE LOS BRAZOS CAÍDOS


  Madrid tiene los brazos caídos
como las ramas de sus árboles
que se arrastran en sus parques
periurbanos, desnudas,
buscando un poco de aire limpio.

Su horizonte se perfila blanco
tras las nieves de hace un par de días
y las calles caminan arrecidas de frío,
como el trato de sus gentes:
seco, tosco y brusco,
que dice en su primera vez
un visitante.


   Se prepara Madrid para otra guerra,
olvidados ya los fusiles y las escopetas,
y se viste de lana
mientras otros tiempos mejores,
no tan lejanos, aparecen en la memoria
ahora que sus gentes
luchan cada día con sus monederos,
calculadora en mano,
en un símil por su existencia.

En Madrid, donde el propio vaho
parece tener frío de las bocas
y se resbala en un grito
por entre la escarcha de sus noches,
en cada atardecer
se pinta de nuevo el cielo
y nace el rosa, el naranja
y el amarillo y el rojo
como si fueran su vez primera.
 


  Llegó ya el frío a Madrid,
como una ola, dicen los telediarios,
pero yo la siento tan distinta
a esas que me enseñaste
que sobrevivo
a estos brazos caídos
recordando tu mar,
tu cielo, tu calor,
tu verdadera ola
de agua mediterránea
caliente, templada
y tibia.


© Texto: Yiyi M. E, "Madrid tiene los brazos caídos", diciembre 2011.
Imagen: Egon Schiele

domingo, 27 de noviembre de 2011

TENERTE




TENERTE


Quisiera poder controlarte,
dominar tus arranques
y no desbocarme ante ti.

Me es fatal tu caída,
la resistencia de tu presencia
y el despiste en que me atrapas
poseyéndome.

Cuando quiero, no estás,
y en el deseo de tenerte
sé que de mí te reirás más fuerte.

Tú, que tan discreta eres
en tus aproximaciones,
que a tu lado me haces sentir bien capaz,
quizás, como contraste con tu huída
en la que me sueltas en caída libre.

Y así, en tu marcha,
no me queda más remedio
que vivirte en el recuerdo,
pensar que estuviste ahí,
tomar nota de tu paso
como quien trata de atrapar el viento
con sus manos vacías.

Pero mientras, naufragaré
por entre el enigma
de vivir sin saber si es una suerte
el tenerte, o un lamento
el vivir tras conocerte
en el no tenerte.


© Texto: Yiyi M. E, "Tenerte", 2011.

martes, 22 de noviembre de 2011

LA SANGRE DE TUS LABIOS




LA SANGRE DE TUS LABIOS

Quiero morderte la sangre de tus labios
 y hacer mío tus pechos
   desgarrar tus prendas íntimas 
 en lugares abiertos

que camines desnuda 
     por entre mis manos
 y sientas vergüenza si te toco
   de tus gritos 
descontrolados.

Tu sexo quiero que mane por mi boca
 y te pida un poco más de mi cuerpo
   y te toques lasciva
 si no me sientes dentro

  romper tu voz
cuando sude encima tuya
    y me arañes la espalda
  y tu saliva 
por entre mis dientes fluya.

Quiero morderte la sangre de tus labios
 y hacer mío tus pechos
   que bailes encima mía 
 y te corras
              con locura
cuando follen
       nuestros cuerpos.


© Texto: Yiyi M. E, "La sangre de tus labios", noviembre 2011.

viernes, 11 de noviembre de 2011

DIBUJO DE NEBLINA




DIBUJO DE NEBLINA



«Mariposa de luz, / la belleza se va cuando yo llego / a su rosa. 
Corro, ciego, tras ella... / la medio cojo aquí y allá...  
¡Sólo queda en mi mano / la forma de su huida!»
Juan Ramón Jiménez.

Hay momentos de persiana
en los que llega la nada y se apagan las luces
y las miradas. Tiempos intranquilos
en los que todo falla,
en los que lo que antes era cierto
parece derrumbarse.
Existen instantes
en los que la oscuridad se controla,
y otros, en los que la oscuridad te controla.
Es una sensación extraña,
un encuentro bizarro
con la nada.
Novedoso, lo recibo curioso,
lo exploro, intento comprenderlo,
hablarle por su nombre.

Me sugestiona esa desconocida
que parece que se escapa pero que viene
para jugar conmigo como las uñas de un gato
con un hilo, con el desdén
de las mujeres esbeltas que todo lo tienen
y su paseo provocativo.
Y me atrapa
en la diversión del tiempo en que la estudio,
en el que la observo imaginándola
como si tuviera una figura, una forma,
como si fuera.
Pero…
¿Quién eres -me pregunto-
que cuando te olvido parece que veo?
Podría ponerte una palabra,
hacerla tuya, aunque sé que nunca sería,
que por ella no responderías.

Tú,
que a tu lado
la niebla parece nítida
tras haberte visto desdibujada,
que me hablas por mi boca
robando mis palabras,
dueña de mis gestos,
en este pensamiento que me inunda.
¿Y tus roces? ¿Tus miradas?
No existen, no son nada,
aunque vives fugazmente,
pues te siento dentro
picarona.

¿Qué es? ¿Quién eres,
que hoy me visitas y te adueñas
de mi tiempo y no explicas nada?
Y te marchas
tras tu maltrato
en el que me utilizas para tener tu vida,
para ser,
dejándome sólo tu esbozo
en la neblina,
en los bosquejos que dibujas
como humo que se escapa,
como mariposa de luz
y el rastro de su huída.

La distracción
es una música
que sueño cantarte,
una melodía que quisiera pintarte,
un querer siempre que no te vayas.
E insano es
este querer tenerte y atraparte
en una jaula
donde poder soltarte
allí donde no haya nada.

Yo, que quisiera conocerte en la intimidad
a través de un escondite inglés
me pregunto quién eres,
qué es
esta sensación que me inunda
y me juega
y me flirtea y me arroja
en lo desconocido
¿Y las palabras que te escribo?
No son nada;
en ellas, tristemente,
jamás te reconozco.

Pero ahora
que sé
decirte sin atrevimiento y sin pasión,
que quisiera poder ponerte un nombre
y que no me dejes
sin una palabra, ni este poema,
del que te escapas,
te escribo.
Y así, como viniste
te olvido.


© Texto: Yiyi M. E, "Dibujo de Neblina", 2011.
Imagen: W. Turner

miércoles, 26 de octubre de 2011

HACERTE SABER



HACERTE SABER


un día sin besos
es una día desperdiciado.
Y yo, que me marcho a la cama 
pensando que me acuesto
en un día sin beso.


Hoy nos hemos cruzado los ojos
y ha sido triste, no como yo pensaba.
El sueño de hacer que el tiempo se parase
por tan sólo un segundo,
en sueño se ha quedado.
Y los falsos castillos de arena
han levantado la bandera blanca...
y los ideales
han cambiado su nombre por utopías...
y el amor de fantasía
me ha pedido perdón.

Y yo…
que tan simplemente quiero
que entre los miles de pestañeos de tus ojos
exista alguno

-sólo alguno-
en el que en el oscuro de su cierre
aparezca con alguna imagen mía
el dibujo de una de tus sonrisas.

Y algún día hacerte saber,
hacerte consciente,
de que tras esa sonrisa hecha para el deseo,
con esos labios dueños de un beso escondido,
el hombre que bese tus labios
será el hombre que roce el cielo.


© Texto: Yiyi M. E, "Hacerte saber", invierno 2010.
Imagen: mujerdeaire.com

domingo, 16 de octubre de 2011

AYER, TE CONVERTISTE EN TIEMPO




LA CHICA DE AYER

                                                                         Nunca te escribí
                                                                         un último poema.

Hoy he vuelto,
a pesar de la distancia,
a sentir tus brazos.
En el bar sonaba la chica de ayer,
esa canción que tú me descubriste,
esa chica a la que tú pusiste figura.

Parecía como si hubiera vuelto
a tocar tus manos.


No creo que importe
que me enamore otras cien veces
si sé que cada vez que en la radio suene
su voz rota y desgarrada
dibujarán sus canciones tus cabellos
rizados, rojos como el cobre,
mientras mis manos tiemblan,
aunque tan solas,
lejos de tu bisutería,
la que sonaba
cada vez que hacías circulitos
en la mesa.

Fueron poco más de tres minutos
cuando la música dejó de sonar,

cuando la chica de ayer
que volvió para decirme hola
se marchó apresurada
sin decir adiós.

Respiré
y te tomé la mano.
Hicimos el viaje por última vez.
"Ahora estamos preparados",
me dije,
"bueno... al menos,
yo estoy preparado
".

Poco importa si vuelvo a escuchar
la canción otra treintena de veces
si ha dejado de tener sentido,
si ahora comprendo ese humo,
ese que se escapa de las manos
como la esencia de las canciones
que nunca me dejaste tocar.


Cuando me dijiste con tus silencios
la última palabra:
ayer,
te convertiste en tiempo,
en eso que tú quisiste,
en pasado,
en ayer.


"Ayer...
Fue un tiempo eterno
tan cargado de Yesterdays
".



© Texto: Yiyi M. E, "Ayer, te convertiste en tiempo - La chica de ayer", 
15 / 16 de octubre de 2011.

sábado, 8 de octubre de 2011

MAÑANA ESTARÁS AQUÍ




MAÑANA ESTARÁS AQUÍ

     Mañana estarás aquí
por entre estas paredes que me han escuchado
tantas veces tu susurro,
por este salón en el que he hablado
tantas veces contigo,
en este sofá en el que hemos estado
acostados viendo tantas películas juntos,
hablando hasta altas horas de la noche
mientras te acaricio el vientre y las piernas
y hacemos el amor de tantas formas diferentes.
     Mañana estarás aquí
y dormirás en alguna de estas camas,
te lavarás con el mismo agua que yo
y te secarás con alguna de mis toallas.
También te veré desnuda
duchándote tras la mampara
y será la primera vez
que dormirás en esa cama,
aunque tan lejos de mí.
    Mañana estarás aquí
cuando te despiertes al día siguiente
y tomaremos desayuno,
    yo
te observaré en la distancia
sintiendo que me vuelvo a enamorar de nuevo
y pasaré las horas
tratando de imaginar
algo interesante o divertido,
una sola excusa
para que converses conmigo.

    Mañana estarás aquí
pero te sentiré tan lejos:
sé que no te tendré a mi lado
para poder besarte
cuando acabe y comience el día.
Todo será como en otras veces,
tan lleno de esos monólogos
repletos de silencios
en los que disimulo unas horas
que no hacen más que atrapar mi tiempo.

    Mañana estarás aquí
y te marcharás a noventa y nueve kilómetros
de distancia,
igual de lejos de lo que estás ahora,
aunque te sentiré aún más lejos.
Será tu primera vez
y sé que todo lo que he imaginado contigo
no ocurrirá
y es por eso por lo que lo escribo
para que al menos 
esta noche
exista
aunque sea con estas palabras. 



© Texto: Yiyi M. E, "Mañana estarás aquí", octubre 2011.
Imágenes: pekinhouse.com

sábado, 1 de octubre de 2011

LA JAULA



LA JAULA

El pájaro logrará volar algún día
de forma natural
porque es su condición humana,

aunque encerrado en una jaula
todo queda en fantasías locas
tristemente edulcoradas.

Prohibido.
Encarcelado.
Por miedos enterrado.

Este querer,
este ser,
este pensar
enjaulado.

Como pájaro que nace libre
y que llora y llora
cada mañana
sin tener la oportunidad
de poder batir sus alas.

Es toda una vida en una jaula
que parece tener
al alcance de sus manos

si no fuera por esas rejas
y esas vallas
que se encuentra siempre
en su pasado.

Cada barrote,
una vida posible, desperdiciada,
y aún así
tantas historias vividas,
tantas historias imaginadas.

El pájaro saldrá
y volará
cuando la mano adecuada
le abra la puerta,

pero toma de una vez

la llave de esta jaula
y haz que su vuelo
y su canto
te pertenezcan.


© Texto: Yiyi M. E, "La jaula", septiembre 2011.
Imagen: http://clandestinodeactores.com/laplacenta/?p=3129

lunes, 26 de septiembre de 2011

SHE'S THE ONE



SHE'S THE ONE

Si hoy las manos me tiemblan
porque llevo ya 3 días
sin rozar sus hombros

y este salón se me presenta
tan sumamente grande sin ella
que se asemeja a un mar
de hielo sin horizonte.

Si sueño con poder poner mi brazo
debajo de su parte de la almohada
y con sus ojos, medio abiertos,
de recién despertada.

Si hoy al despertarme
le di un beso
a su parte de la cama
y acaricio la sábana
como si fuera su espalda,

ya no le encuentro más sentido
a mis días
que tumbarme junto a su lado
cuando recostada.

Si entre los dedos
mi mente aún juega
con la arena de sus playas
como si fuera su pelo,
no me preguntes por qué
pero estas calles de verano
están llenas de sombras,

quizás
porque mis manos persiguen
el rastro de sus sombras.

Si en cada paseo
por estos paisajes de Cabo de Gata
la brisa me confiesa
que le falta su silueta.

Si cada vacío
se me llena con sus miradas.

Pero callo
tantas de estas palabras
por no asustarla,
aunque hay días
en los que lo único que balbucea mi boca
es:
quiero mimarla.

Si he buscado la frase adecuada
sólo en vano
para llegar a la conclusión
de que todo sería más preciso
si pudiera explicárselo en su cuerpo
con mis manos.

Si la veo
por las noches
aunque no esté
al abrir
y al cerrar los ojos.

Entonces...
si eso...


© Texto: Yiyi M. E, "She's the one", verano / septiembre 2011.
Imagen: Francisco Ortega Almagro

miércoles, 21 de septiembre de 2011

EN ESTA SOLEDAD TAN CONCURRIDA




EN ESTA SOLEDAD TAN CONCURRIDA

En esta soledad tan concurrida
con estos labios de usted tan secos ahora
lleno de estas horas tan solo yo
no me queda otra
que tratar de comprender
lo que no alcanzo:

que si la luna brilla,
ella ahí tan sola,
el mar tan vasto y tan balsero,
las risas que no alcanzo a darte
que te da la vida.
Una caricia
en la mano por sorpresa,
una camiseta que me he puesto
tan sólo para que te guste,
un tiempo que no es tiempo
si no te siento
como otras veces te he sentido.

La vida pasa, una sola,
sin saber bien qué hacer con ella,
como un dado azaroso
que rueda y te despoja
de todo lo que tenías.
Son
estas soledades
ausencias de cómo lanzarlo
para que salga lo que busco.
-Pero,
¿qué es lo que realmente busco?-
Comprender lo que no comprendo...
o tal vez sentir que tú ahogas
estos tan negros sentimientos.

No sé de una soledad tan concurrida,
del cielo y tus ojos
en el firmamento.
Una imagen, tú.
Un presentimiento.
Tal vez necesarias sean
estas horas
en las que paso buscando algo
que no encuentro.
Sucesos sin encontrar
algo mas allá de ti
que me llene por dentro.

Pero es
una soledad tan concurrida
que me pregunto
cómo sin ti
pasa el tiempo.

Y el mar.
La luna.
Y el universo.
Tan difíciles de comprender
para un naufrago
sin tus momentos.


© Texto: Yiyi M. E, "En esta soledad tan concurrida", septiembre 2011.
Imágenes: http://azulceleste-azulceleste.blogspot.com/

miércoles, 14 de septiembre de 2011

LA MUDA DE TU PIEL



LA MUDA DE TU PIEL

Quisiera descubrir tu piel
tostada en este otoño
por esas playas por las que te dejaste acariciar,
unas veces por el sol,
otras veces por mis dedos.
Mis yemas dibujan tu rostro
en el cielo
y sólo esperan levantar tus senos,
desgastar tu piel
y tornarla clara,
como el sol que se apaga,
poco a poco,
según avanzan los días
irremediablemente
hacia el invierno.

Poder parar allí
junto a ti
el tiempo
y ver tu blancura uniforme en tus hombros
en el lugar donde los tirantes
se hicieron dueño,
bajo el sol de estío,
de tu pureza.
Será entonces blanco el roce de mis manos
por la costura de tus algodones
y tratará, más con voluntad
que con la precisión inalcanzable
que tu delicadeza requiere,
calentar tu cuerpo.

Y esperaré a que lleguen los primeros rayos
de una primavera llena de colores
en las que me imagino
el florecer de los campos
al ver en tus paseos tu sonrisa,
que se dejan brillar,
de nuevo,
por los colores de temporada
que adoran y envidian
como yo
el dorado de tus brazos.

Otoño.

Invierno.

Primavera...


Para cuando el verano se haga dueño de ti,
yo me imagino,
otra vez,
siendo testigo afortunado
de la muda de tu piel.


© Texto: Yiyi M. E, "La muda de tu piel", agosto / septiembre 2011.
Imágenes: Una mujer al sol - Edward Hopper

domingo, 4 de septiembre de 2011

NUEVA YORK QUEDARÁ AJENA



NUEVA YORK QUEDARÁ AJENA

Nueva York quedará ajena
al paso de tus pasos por la ciudad.
Continuarán sus gentíos,
sus claxones y sus sirenas,
los cafés americanos con prisas por Manhattan,
la puta del Dollar y el entierro entre los maisales,
los pseudointelectuales de terraza,
los taxis a la carrera,
los hombres compro-oro por la calle,
los hot-dogs y take away para que no pares,
los bostezos de mañana en el subway
y la búsqueda de sueños,
las escaladas hacia el cielo de sus rascacielos,
los enjambres, desdibujados, de cieno de números y leyes,
los naufragios de sangre. 
(1)
Sus humos de cloacas
necesarios como un lugar por donde esta ciudad
pueda soltar sus pestes.

Los hipsters continuarán con sus modas saturadas al extremo
que seguirán siendo un tapiz para un rostro inseguro
incapaz de mirarte a los ojos,
a tu cara.

Gentrificarán los barrios industriales
estampando su arte urbano
despierto desde las seis de la mañana
a través de las inmensas ventanas de los lofts
junto al ruido de las máquinas
que no lograron alejar los artistas,
¿es que acaso pensaron vencer al sistema?

Así despertará Nueva York
porque el dicho de que esta ciudad nunca duerme
es un bulo.
Sus garitos se acuestan de noche
y son sus gentes las que permanecen con medio ojo abierto
mientras se acuestan con el tracateo de la ciudad
que le ha acompañado durante todo el día.
                 Y en esto
Nueva York se reinventará cada día
como ya hizo con los tiros de los ochenta y los noventa,
como hizo saber a las melenas de los rockeros
que no tenían sitio entre sus rascacielos.
Porque en Nueva York ya no quedan ni heavys, ni punks
ni otras tribus pasadas.
Comprendieron que no tienen lugar aquí,
y a los que no quisieron comprenderlo,
la ciudad acabó con ellos.
                 Son ahora
los nuevos monerdos
-mitad nerds, mitad modernos-
quienes continuarán por la noche con los aullidos de la ciudad
ofreciendo unas cuantas líneas más
a Ginsberg y al Howl de la sociedad. (2)

Por Nueva York
podrás pasear por el East y el West Village,
Soho, Noho, Nolita, Chelsea, Chinatown o Little Italy,
Downtown, Uptown u otros barrios de Manhattan,
pero sólo serás un turista más en busca de fotos.
Marcharás a casa con la imagen de película de Nueva York
tan poco real.
Nadie vive en estos barrios:
sus cabezas o sus bolsillos no lo aguantarían.
Pero si ya pasaste por ellos decenas de veces
puede que llegue el momento en que lo veas todo tan igual
aunque tan distinto
que te preguntarás si es la ciudad la que cambia
o es ella la que te cambia.
Y comprenderás
que no entenderás nada de esta ciudad
si ignoras el Lower East Side, Harlem
o los barrios de Brooklyn.

Por ellos es posible que te sientas desubicado
si pasas por un restaurán o un hotel
y ves que hablas español
pero no eres tú quien sirve los platos.
Tendrás suerte si no se te caen los anillos
y recoges tu cuchara
y logras darte cuenta de que hay un hombre encorbatado
que se enjabona un poco más sus manos
después de haberse dado una dosis de gomina.
                 Él
se marchará congratulado,
felicitándose cada vez que se vea en un reflejo
porque con sus desganas piensa
que el plato sucio que dejó sin recoger
da trabajo al negro que tienen contratado.

Pero Nueva York quedará ajena
ante el hombre blanco que dirige
a los latinos al servicio
y a los negros en la limpieza.
Pero, ¿dónde está Nueva York 
la tierra de las oportunidades?
¿Dónde el sueño americano?
¿Es que acaso no das oportunidades por igual
a todas tus clases sociales?,
¿o es que tan sólo buscas
un par de iconos como un par de gotas de agua
para seguir así alimentando
vuestra tan vendida falacia?
¿Llenaréis así de esclavos vuestras billeteras?

Si desde pequeños los segregas
por guetos educativos públicos y por escuelas privadas,
si inviertes más en los que tienen mejores resultados
y das la espalda al necesitado,
yo le pregunto a tu país, Nueva York,
¿por qué se valora más la etiqueta de la universidad
que a las personas?,
¿es así tu forma de cortar las alas?,
¿sus sueños americanos...?
                 Ya sé,
quedarán en las mismas circunstancias donde nacieron
como las bolsas de basura que se amontonan en tus aceras,
tiradas,
sin un contenedor que se atreva a dar cabida a sus mierdas.

Pero la ciudad seguirá gritando de dolor
y Brooklyn tratará de poner su música y color
a las plazas del tiempo del Times Square
que atrapan a los turistas
y creará sus barrios
por donde los blancos, los latinos, los negros,
hindúes, judíos, chinos, paquistaníes, rusos...
hagan amagos de mezclarse
componiendo una extraña y bizarra Brooklyn folly.
                 Serán
las habitaciones encendidas en sus noches
como las luciérnagas de la ciudad
y por el día
desde lo alto de los roofstop
te preguntarás proyectando tu mirada
hacia donde no alcance el cemento
dónde habitan los tomates y las lechugas
que alimentan entre tanta comida basura
a las pocas almas que se resisten a este ritmo frenético.
Verás entonces
a la gente que ofrece su billete de un dollar
a cambio de un cigarro
con la cara destapada. ¡Tan falsos ellos!
Si tan sólo pudieran ver
que consumen los cigarros como excusa
para no pensar que la ciudad les consume a sí mismos.

Pero entre pitillo y pitillo
parece que la ciudad ha movido ficha
y ha pasado de una cosa a otra.
El ritmo de la ciudad se apodera de sus gentes
acostumbrada a no pararse ni un minuto a tus preguntas
bajo la excusa falsa de llegar tarde al trabajo.
Y si la pausa tomara cuerpo humano,
dijo el poeta,
que empaquetaría sus maletas sin comprender
cómo la gente no puede concentrarse
mas de diez minutos en nada
pero viven felizmente impregnados
de su tan característico
mariposeo cognitivo.

                 Recuerdo
que fue en Bushwick donde me contaron
que en Nueva York no hay niños ni ancianos,
que el ritmo de la ciudad
les dijo que no había hueco para ellos
y que en esta inmensa ciudad
en la que puedes llegar a sentirte tan minúsculo
pero desde donde también se puede llegar a conquistar el mundo
el primer consejo que te dan
es que más vale no olvidarse de dónde se viene
para no dejar de ser uno mismo.

Será en Nueva York
donde encontrarás a las personas más simpáticas
y a las más abominables
pero donde te resultará difícil encontrar amigos.
Y en tu barrio desde luego no los encontrarás.
Deberás coger un bus, dos metros y andar cinco bloques
para tomar un café,
y verás,
abrumado,
si te paras a atar el cordón del zapato,
cómo la gente no para de mudarse de un sitio a otro
como si les inquietara hacer amigos,
como si les inquietara ganar algo que pudieran perder.
Algo que les retenga en sus continuas apuestas de futuro.
                 Y tristemente,
en una tarde de hojas pardas caídas,
caerás en la cuenta de que en Nueva York la gente no se enamora.
Podrán tener sexo de una noche,
de dos, de tres o todo lo que su lívido les pida,
pero no habrá amor entre ellas.
porque no tendrán tiempo
o creerán y se convencerán de no tenerlo,
y el osado que lo tenga y se dé cuenta de ello,
habrá huido ya de la ciudad
en busca de un lugar donde descontaminarse.

Tal como huyen ahora cientos de personas
con una mano en el pecho y otra en la mandíbula,
recordando cómo en esta ciudad
tuvieron una vez los labios manchados de rojo
y no era de carmín:
un golpe en la cara les hizo probar el suelo
como la mirada callada de un amigo que te juzga.
Debieron haberlo visto venir antes
en una ciudad en la que se pregunta antes
a qué te dedicas que de dónde eres.
Las etiquetas sólo crean distancias.
                 Y en esta distancia,
lamento, mientras escupo la sangre de mi boca,
los sueños locos de todos los Quijotes
que se quedaron aquí sin poder nunca volar
en esta Nueva York en la que los gigantes de cristal
no dejan que sople el viento.

Pero a pesar de todo
trataré de no olvidar aquellas sonrisas gratuitas,
una mañana que se dilata en un domingo de brunch
o una lluvia torrencial que viene sin avisar
cargada de interesantes conversaciones,
los cafés que se beben sin prisa
y las cafeterías que resiste con su imagen el paso del tiempo,
una plaza vacía entre tanto cristal en altura,
un bar donde la gente en la barra
busca algo que encontrar,
donde se pueda encontrar
otro que busca algo a lo que se pueda agarrar:
la imagen de un skyline desde el que se imagina tocar el cielo,
en el que subirse para comprender
lo verdaderamente pequeños que somos.
Una cura de humildad en la ciudad de las cien culturas.
Una copa para un amigo
que medita su futuro.
Tú y él tan perdidos.
Nosotros... tan perdidos.
Pero aún todos con sueños
en esta ciudad con seis horas menos
en las que se viven las noches que otros duermen
y en las que se duermen las mañanas
que otros viven.

Si Nueva York me ofrece
el agua con lima y hielo sin pedir mi tarjeta
y el cielo es tan azul como el del parque de mi casa,
poco importa ahora si perdí los atardeceres en el metro,
si a Nueva York mi visita le fuera ajena,
cuando había cuatro amigos
a los que mi vida no les era ajena.
Aunque me apena,
poco antes de marcharme de la ciudad,
descubrirme observando en el metro
a una familia que se abraza y sonríe,
que aún juega con sus niños
tras haber pasado el día fuera
y me doy cuenta
de que probablemente sea la imagen más bella
que he visto en Nueva York,
quizás,
porque es lo más humano que se me ha plantado delante.

Pero seguirán otros cientos de vagones de metro
y sus historias entretejidas en esta jungla de cristal
y Nueva York se quedará tan ajena
que será la gran manzana,
esta vez,
quien se coma al hombre.


© Texto: Yiyi M. E, "Nueva York quedará ajena", agosto/septiembre 2011.
Imágenes: Nueva York, agosto 2011

Otras Lecturas:
(1) Aurora de Nueva York:
http://www.cancioneros.com/nc/3355/0/la-aurora-de-nueva-york-federico-garcia-lorca-gabriel-sopena
(2) Howl, Allan Ginsberg: 
http://sprayberry.tripod.com/poems/howl.txt (inglés)
http://www.creatividadinternacional.com/group/poetasdelmundo/forum/topics/aullido-howl-de-allen (español)


domingo, 31 de julio de 2011

FLOR DE OLVIDO

.


FLOR DE OLVIDO


I.

Las flores azules
olvidadas en el parque
tiritan bajo el cielo de julio;

yacen secas y deterioradas,
dibujando un amor
que dijo no en un banco.

Allí descansan, silentes, marchitas,
sin saber que florecen aquí en mi mano
aún sin sus raíces

mientras otros la olvidan,
ella, sonríe,
esperando cantar bajo otro poema.

Su color me dice
que todavía sueña con un sí
por respuesta.





II.

A ti vuelvo, pasado el tiempo,
flor desgarrada del pecho

mas no te encuentro,
¿volaste libre como el viento?

¿Surcaste herida liberando los tormentos?
¿O fue el chico rechazado
tratando de ahogar sus lamentos?

No sé, flor del olvido,
no estás, y a pesar de buscarte
no te encuentro.

Marcho
herido bajo un nuevo lamento
y te canto bajo la luz
de la sombra que te cobija

no sea que en este alma
caigas en el olvido.




©
Texto: Yiyi M. E, "Flor de olvido", 27 y 29 de julio, 2011.
Imágenes: Tras la puerta de atrás de mi casa

miércoles, 27 de julio de 2011

QUERER LUCHAR CONTRA EL TIEMPO


QUERER LUCHAR CONTRA EL TIEMPO

Tú no quieres que el beso se derrita,
que sea otro más de tantos
que no recuerdas.

Ni quieres
que las noches en que dormimos juntos
se conviertan en rutina.

Tampoco deseas
que nuestras sonrisas cambien nunca
y sueñas
con que esta risa
dure eternamente.

Y suspiras, fantasiosa,
con poder hacer que esto
sea para siempre.

Lo veo claro en tus ojos
cuando me dices falsamente, te quiero,
y el deseo que te sangra
al ver en lo que nos hemos convertido.

Pero eso...
eso era querer luchar contra el tiempo.



© Texto: Yiyi M. E, "Querer luchar contra el tiempo", invierno 2010.
Imagen: Beautiful, de Luminatii

jueves, 21 de julio de 2011

¿POR QUÉ YO?


¿POR QUÉ YO?

¿Por qué esta sombra me persigue
siempre que veo la luz
y esta lucha continúa
sin ganas de parar de luchar?

¿Y esta oscuridad perenne,
ligada a mí
y parte ya de mi esencia,
la olvido con tus luces
sólo para que vuelva más vengativa que nunca
cuando te marchas?

¿Por qué este dulce que se acaba
y este verano que nos separa?

¿Y estas alegrías pasajeras
no hacen más que acentuar este dolor
y este olvido
que no recuerda tantas penas vividas
trae esta ilusión que nace
sonriente como los ojos de un niño
únicamente
para morir más fuerte entre mis sombras?

¿Y por qué estos labios se alejan
tan secos ahora
después de haberme dicho te quiero?

¿Por qué lo pronunciaste?

¿Por qué el beso en mi mejilla
entre tantos?

¿Y por qué aún así no me amaste?
¿Y por qué no me lo confesaste?

                           ¿Por qué 

me hiciste volar tan alto
tan sólo para soltarme?

¿Por qué?

¿Por qué yo?

¿Por qué en mi vida siempre yo?

    
© Texto: Yiyi M. E, "¿Por qué yo?", julio 2011.
Imagen: www.arteyfotografia.com.ar

sábado, 16 de julio de 2011

¿DÓNDE ESTÁ LA VIDA?


¿DÓNDE ESTÁ LA VIDA?

En la llegada al lugar donde te esperan,
en la ciudad donde tienes reservado un sitio
y de la que te dijeron que no debiste salir,
hay un lugar en el que encontrar cuartos extraños,
desacentuados con el orden que nunca buscaste.

Una estampa olvidada te sumerge,
de nuevo,
sí, otra vez, de nuevo,
en ese círculo del que marchaste
mientras observas cómo cruzan por tus ojos
imágenes tan lejanas -pero, ¡ay!, tan recientes-
que dan un paso al frente ante la actual.

Deshidratado, dominado por ese sol seco castellano
que arruga la frente, se escucha la voz clara:
¿dónde está tu vida?

Y unos ecos repetitivos,
como un toc-toc llamando a la puerta,
golpean tu cabeza y la hinchan
y la hinchan, hasta que se libera
corriendo por sus sueños

para dejarse dar alcance,
pararse y repetir:
no sé si en el 28 100 

o en Almería.


© Texto: Yiyi M. E, "¿Dónde está la vida?",  julio 2011.
Imágenes: 1. El mundo de Christine - Andrew Wyeth / 2. Cabo de Gato - mi amigo Roger

domingo, 3 de julio de 2011

LAS MISMAS CALLES, PERO TAN DIFERENTES


LAS MISMAS CALLES, PERO TAN DIFERENTES

Las mismas calles pueden cambiar tanto de un día para otro
como las olas que vienen a parar a la orilla que has aprendido a amar
                                                                                [en este tiempo.
Todo puede parecer extraño cuando tienes tiempo, el que te faltaba,
al ver que no puedes gastarlo ahora como pensaste que todo sería.
Hubo un tiempo en el que el cielo parecía que siempre se abría,
como si los gobernaras. Todo era nuevo,
manchado con ese toque mágico de la sorpresa del día a día,
y en la alegría y en la tristeza corrían las sonrisas,
una veces melancólicas, otras llenas de vida.
Nunca se pidió nada a cambio, esa corriente era algo natural 

                                                                   [que te llenaba de vida.
Pero, por las mismas calles parece que todo cambia,
como si se transformasen en conocidos recuerdos perdidos 

                                                                   [de un tiempo ya vivido.
Cuando te observan parecen callarse, como si no tuvieran nada más
                                                                               [que contarte
que otras tantas calles que hayas visto antes.
Y por ellas corro y corro, a paso lento en un deseo por dejarlas atrás,
como para no permitirlas que estropeen una historia tan reciente.
Miedo. Tengo miedo de lo que en la ciudad se transforma, 

de lo que mi corazón grita a pálpitos desacompasados, 
sin encontrar el ritmo  que me marcaban por sus caminos.
Enmudecen las olas y ya no sé mirarlas como deben,
por las playas nocturnas mi alma sigue teniendo miedo.
Miedo de no saber descubrir qué es lo que viene de nuevo,
cuál es el siguiente paso, inevitable, que dejará huellas diferentes 

                                                                [tan llenas de misterio.
Una vez tuve un norte, una vez no pregunté por qué,
una vez aceptaba todo lo que llegaba.

Ahora, no sé si son las calles las mismas por las una vez anduve
o por las que fuimos descubriendo nuestras vidas
las que me dan la espalda y esconden la magia
para otro corazón nuevo emprendedor de historias.
Si tú, si ella, si nosotros, no estamos juntos,
no sé si esos paseos que tengo tan grabados, tuvieron sentido.
Si me embarga todo por estas calles,
si no quiero que lo que era alegría se pinte en el color oscuro,
casi gris, de la melancolía,
si la vida, si las calles, son las mismas,
pero tan diferentes.


© Texto: Yiyi M. E, "Las mismas calles, pero tan diferentes", julio 2011.
Imágenes: Chirico - Melancolie et mystere d'une rue, 1914

domingo, 26 de junio de 2011

CÓMO EXPLICARTE



CÓMO EXPLICARTE

Cómo explicarte que no me apetece hablar,
que temo sentirme como aquella noche
en la que conociste a un ente sin alegría,
que respondía con monosílabos forzados.

Cómo explicarte que es tanto tiempo con uno mismo,
que en ocasiones no apetece dar explicaciones,
que me imagino, alejado, sin deber darlas,
como si no hubiese compromiso,

pudiendo evitar esa tarea del esfuerzo
que es luchar contra mí mismo.

Yo no quiero que te preocupes,
que te sorprendan mis situaciones,
tan sólo quiero alejarte de ese personaje oscuro
que se adueña de uno,

ese que no quiere dueño ni amo,
ese que le gusta ser, en sí mismo,
sin dar explicaciones.


©
Texto: Yiyi M. E, "Cómo explicarte", diciembre 2010.
Imagen: Vitaliy P - flickr
Vídeo: The dark passenger, Dexter (serie TV)
  - texto del vídeo en inglés
  - vídeo con subtítulos en español

martes, 21 de junio de 2011

LA PUERTA DE ATRÁS DE MI CASA


LA PUERTA DE ATRÁS DE MI CASA

Por la puerta de atrás de mi casa
hay una salida a lo urbano:
cemento, ladrillo, calzada, ruido...
paisaje humano.

Una ventana por la que no me hace falta salir
para respirar el aire:
saber que tengo una salida es suficiente;
me calma la sangre.

En los días en los que vago inerte,
su verde pinta mis preocupaciones de tranquilidad;
un cielo abierto y sin fronteras
que marcha ajeno al resto de la ciudad.

Por sus caminos
me pierdo,
aunque lo más habitual
es que en ellos
encuentro

rincones donde leí mil páginas,
donde escribí otras tantas,
lugar al que me pude agarrar
fuese cual fuese el momento.

Fue, por la puerta de atrás de mi casa,
donde confesé mis dudas;
con la que estoy en deuda ahora
siempre que la paz me inunda.

De lo poco que me queda,
que me acaricia,

este sitio de mi recreo,

por el que todavía,
y a pesar de mi edad,
-quizás esta sea la palabra adecuada-
juego.


© Texto: Yiyi M. E, "La puerta de atrás de mi casa", junio 2011.

miércoles, 15 de junio de 2011

TU RETÓRICA


TU RETÓRICA

Te veo con movimientos exclusivos,
retóricos,
como actuando ante tu público.

Dices palabras que embelesan
con esa descripciones de sentimientos
al alcance de tan pocos.

Tus gestos tratan de expresar todo
como en un ensayo de algunas de tus obras
en las que se dice tanto con el gesto.

Pero, sin embargo, me quedo tan etéreo,
tan ajeno y distante,
que veo,
cuando hablas,
que no hablas a los ojos que te miran
sino a tu propia imagen que retoza en tu reflejo.


© Texto: Yiyi M. E, "Tu Retórica", 2010.
Imágenes: 1.Narcisismo_codigo32.blogspot.com

viernes, 10 de junio de 2011

NO HACE FALTA NOMBRARLO


NO HACE FALTA NOMBRARLO

Hay días enfermos que tosen de neblina
en los que los cerezos dejan caer sus flores.

Días en los que la marea parece siempre baja
y en los que los valles se tragan la luz.

También los hay en los que los estrechos se vuelven anchos
y las lunas ya no guardan más los sueños rotos
y derraman, bajo pretexto de lluvia,
las lágrimas de esos sueños bucólicos.

Son días en los que un hombre y una mujer
descubren en unos ojos que evitan verse
una distancia que no existía antes.

Tú y yo lo sabemos,
y nuestras miradas calladas
nos dicen que no hace falta nombrarlo.

© Texto: Yiyi M. E, "No hace falta nombrarlo", diciembre 2010.