miércoles, 14 de septiembre de 2011

LA MUDA DE TU PIEL



LA MUDA DE TU PIEL

Quisiera descubrir tu piel
tostada en este otoño
por esas playas por las que te dejaste acariciar,
unas veces por el sol,
otras veces por mis dedos.
Mis yemas dibujan tu rostro
en el cielo
y sólo esperan levantar tus senos,
desgastar tu piel
y tornarla clara,
como el sol que se apaga,
poco a poco,
según avanzan los días
irremediablemente
hacia el invierno.

Poder parar allí
junto a ti
el tiempo
y ver tu blancura uniforme en tus hombros
en el lugar donde los tirantes
se hicieron dueño,
bajo el sol de estío,
de tu pureza.
Será entonces blanco el roce de mis manos
por la costura de tus algodones
y tratará, más con voluntad
que con la precisión inalcanzable
que tu delicadeza requiere,
calentar tu cuerpo.

Y esperaré a que lleguen los primeros rayos
de una primavera llena de colores
en las que me imagino
el florecer de los campos
al ver en tus paseos tu sonrisa,
que se dejan brillar,
de nuevo,
por los colores de temporada
que adoran y envidian
como yo
el dorado de tus brazos.

Otoño.

Invierno.

Primavera...


Para cuando el verano se haga dueño de ti,
yo me imagino,
otra vez,
siendo testigo afortunado
de la muda de tu piel.


© Texto: Yiyi M. E, "La muda de tu piel", agosto / septiembre 2011.
Imágenes: Una mujer al sol - Edward Hopper

1 comentario:

  1. Gran sutileza y detallismo, pues consigue que el lector recorra con las palabras el mismo cuerpo que se describe...

    ResponderEliminar